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EL DESEO DE SER AMADOS

El deseo de ser amados es inherente a la naturaleza humana. Desde el momento en que nacemos, buscamos una conexión profunda y significativa con los demás. Anhelamos esa sensación reconfortante de ser aceptados, valorados y amados incondicionalmente.

El deseo de ser amados puede manifestarse de diferentes formas según las experiencias y personalidades de cada individuo. Algunos buscan este amor en relaciones románticas, anhelando el afecto y la compañía de otra persona. Otros encuentran satisfacción en el amor de la familia y amigos, buscando el apoyo y la lealtad en sus seres más cercanos.

Es a través del amor que encontramos sentido y propósito en nuestras vidas. Sentirnos amados nos brinda una sensación de seguridad, nos hace sentirnos especiales, nos da fuerzas para enfrentar los desafíos y nos permite cultivar nuestra autoestima. El amor nos ayuda a crecer y a convertirnos en las mejores versiones de nosotros mismos.

Sin embargo, a veces, el deseo de ser amados puede convertirse en una carga emocional. Podemos caer en la trampa de buscar constantemente la aprobación de los demás, sacrificando nuestra autenticidad y bienestar personal en el proceso. Es fundamental recordar que el amor propio es igual de importante y necesario. Debemos aprender a amarnos a nosotros mismos, a reconocer nuestra propia valía y a establecer límites saludables en nuestras relaciones.

El deseo de ser amados nos conecta como seres humanos. Todos anhelamos experimentar ese amor profundo y sincero que nos eleva y nos hace sentir completos. Pero también debemos recordar que el amor no es un privilegio exclusivo, sino un derecho universal. Todos merecemos ser amados y aceptados tal como somos.

De manera proporcional, el anhelo de ser amados se entrelaza con un deseo igual de ferviente: el de brindar amor y protección a aquellos que nos rodean. Esta necesidad paralela se encuentra intrínsecamente ligada a nuestra búsqueda por el amor. Al reconocerla, descubrimos una fuente infinita de bienestar y felicidad, pues al expresar amor y compasión hacia los demás, no solo beneficiamos a quienes lo reciben, sino también nos fortalecemos y nutrimos nuestro propio ser. Como seres iluminados, nuestro propósito es amar sin límites, pues así como el sol irradia luz y calidez, nosotros damos amor incondicional. Nos damos cuenta de que solo podemos ofrecer lo que tenemos y que solo podemos recibir aquello para lo cual estamos preparados.

El deseo de ser amados es una fuerza poderosa que impulsa nuestras acciones y nos define como seres humanos. Aunque es natural y válido buscar el amor externo, es esencial encontrar el equilibrio entre recibir amor y nutrirnos a nosotros mismos. Al final del día, todos merecemos ser amados y encontrar ese amor en nuestras vidas.

Alabama Laura Salido

Blog: @oscarcortes_teatroterapeutico

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